Respecto de los tres hechos de violencia registrados con armas de fuego en escuelas de la provincia esta semana, son llamativas las declaraciones del Ministro de Educación de Tucumán, el Sr. Lichtmajer, al afirmar, por un lado: “trabajo de toda la sociedad para erradicar los discursos de odio y violencia...” a la vez que sostiene: “los alumnos serán expulsados de la institución...”. Ambas afirmaciones evidencian otra incoherencia más de un Ministerio que nunca encontró el camino para sostener y marcar el desarrollo de la institución escolar en una época plena de desafíos, donde la pandemia y la pobreza fueron los mayores. Pues, con la excusa de un populismo mal entendido, en el que los derechos eran la bandera máxima esgrimida y con la cual sellaron negativamente la institución escolar, se destruyó sistemáticamente el concepto de esfuerzo, de respeto a la autoridad, del deber, etc. La sociedad asiste hoy a una escuela donde el alumno de 1° grado, por Ley, debe ser promovido a 2° grado; alumnos secundarios que deben ser promovidos aumentándose cada vez más el número de materias pendientes, etc. ¿Hoy la solución es expulsar? Toda una paradoja. Otra paradoja a nivel nacional: el resultado de las pruebas Aprender 2022, donde alumnos secundarios evaluados arrojaron, respecto de 2021 una “mejora sustantiva” en Lengua, en el rango del 33%, cuando en pruebas de Unesco, al 2019, el mejor posicionado en América, Brasil logró una mejora de 5%. En fin, el que quiera leer entre líneas, lo puede hacer.
Hilda Cristina Ponce
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